Estrella brillaba por las noches, vagando entre la oscuridad, perdida entre callejones inhóspitos, oliendo el vapor y la mugre.
Sus tacones resonaban en el silencio de una ciudad dormida .
Caminaba solitaria, cabizbaja, quizá sin centrarse en ningún pensamiento, abstraída en su mundo para no pensar en este.
Su sombra en el suelo, era un gigante que la perseguía entre la luz de las farolas. Una falda estrecha, marcaba su esbelta silueta dirigiendo su paso. Vestía un conjunto de chaqueta y jersey que ocultaba unos senos perfectos, casi de adolescente .Sus medias de rejilla parecian encarcelar sus piernas ; un pañuelo de seda cubria su cabeza, desdibujando las ondas del pelo que asomaban entre sus hombros.
La última vez que la vi, las huellas del tiempo habian esculpido en su rostro, las marcas de la vida, pero ella seguia conservando ese aire de dulzura que le hacia parecer una eterna niña. Ella seguía brillando a pesar de todo, porque era una estrella y eso siempre perdura.
Un dia la vi entrar en el portal de la calle Olvido, un hombre de sombrero gris la esperaba, todavía llevaba el pañuelo de seda. Se perdió en la noche, entre la niebla.
Nadie volvió a saber nada de Estrella.
Sus tacones resonaban en el silencio de una ciudad dormida .
Caminaba solitaria, cabizbaja, quizá sin centrarse en ningún pensamiento, abstraída en su mundo para no pensar en este.
Su sombra en el suelo, era un gigante que la perseguía entre la luz de las farolas. Una falda estrecha, marcaba su esbelta silueta dirigiendo su paso. Vestía un conjunto de chaqueta y jersey que ocultaba unos senos perfectos, casi de adolescente .Sus medias de rejilla parecian encarcelar sus piernas ; un pañuelo de seda cubria su cabeza, desdibujando las ondas del pelo que asomaban entre sus hombros.
La última vez que la vi, las huellas del tiempo habian esculpido en su rostro, las marcas de la vida, pero ella seguia conservando ese aire de dulzura que le hacia parecer una eterna niña. Ella seguía brillando a pesar de todo, porque era una estrella y eso siempre perdura.
Un dia la vi entrar en el portal de la calle Olvido, un hombre de sombrero gris la esperaba, todavía llevaba el pañuelo de seda. Se perdió en la noche, entre la niebla.
Nadie volvió a saber nada de Estrella.
creo que se me perdió el comentario anterior, no sé...
ResponderEliminarte decía que el relato me gusta y que la imagen lo ilustra muy bien pero la frase final no acaba de convencerme... buscaría algo más impactante.
se me ocurre, por ejemplo: Y nadie volvió a verla... algo así.
biquiños,
Hola Hada,
ResponderEliminarcomo siempre, te recreas en el atuendo femenino, en la descripción de su figura... Las estrellas aunque desaparezcan, quedan en nuestro recuerdo y a algunas, hasta les pedimos deseos.
Un abrazo.
Hace dias escribi un comentario para este post, pero no consegui que entrase. No recuerdo lo que dije entonces, pero si puedo comentar ahora que, a lo largo de mi extensa vida, conoci a más de una Estrella y me gustó escuchar sus historias, siempre cargadas de una mezcla de tragedia y dulzura.
ResponderEliminarY me gusta esa foto con la que ilustras, ese Borgart siempre con gabardina y sombrero, porque soy un gran aficionado al cine negro de los 70 norteamericanos y nunca me cansaré de ver "Casablanca", "Cayo Largo" o "El halcón maltés".
Besos
Creo que el de la foto es Dana Andrews, no Bogart. Y quizá sea una escena de "Laura" (1944) que protagonizó junto a Gene Tierney (que puede ser la de la foto). A mí también me gustan esas películas, son más o menos de mi época, sin embargo Dana Andrews nunca fue mi actor favorito, sobre todo porque era totalmente inexpresivo. ¡Ojo! Es mi opinión particular. Yo prefería a Spencer Tracy, ese sí que era un actor como la copa de un pino. Por favor, decidme si estoy en lo cierto, me refiero a Dana Andrews. Gracias. El relato ok, sigue así colega. Un beso.
ResponderEliminarEstas en lo cierto, la pelicula es Laura y el actor Dana Andrews
ResponderEliminarBesos para todos